Alexei García Inozemtsev: “La ingeniería civil tiene un potencial increíble para beneficiarse de las nuevas tecnologías”

Alexei García Inozemtsev: “La ingeniería civil tiene un potencial increíble para beneficiarse de las nuevas tecnologías”

La Fundación Caminos ha premiado el TFM de este consultor de movilidad de Área de Tráfico y Modelización de Tema Ingeniería, que está convencido de que la ingeniería civil tiene un gran margen de evolución.

La inquietud y la imaginación llevaron a Alexei García a trabajar en un proyecto atípico que le ha valido el Premio de la Fundación Caminos al TFM más innovador: “Proyecto de construcción de sistemas de transporte guiados en la superficie lunar”. El ingeniero de Caminos cree con firmeza que la ingeniería civil tiene un potencial increíble para beneficiarse de nuevas tecnologías como la impresión 3D, la robotización y los nuevos materiales. Sin embargo, asegura que, durante su etapa de estudiante, no llegó a apreciar una clara tendencia por adoptar estas tecnologías. No en la medida en la que lo hacen otras ingenierías, al menos, como la Industrial o la Informática.

Aprovechamos la entrega de este premio para hacerle algunas preguntas y conocer un poco más de este original trabajo.

¿Cómo se te ocurrió la idea de hacer un Proyecto de un Tren en la luna?

Surgió por una anécdota que me gusta contar. Hace dos años estaba estudiando una asignatura especialmente difícil y en un momento de desesperación me asomé a la ventana para que me diera el aire y poder despejarme. En ese momento vi la Luna y, entre pensamiento y pensamiento, se me pasó por la cabeza una idea: “¿A quién se le ocurrirá construir un transporte en la Luna?”. Tras unos segundos caí en la cuenta de que ese podía ser yo y en seguida me puse a investigar proyectos similares por internet.

Esa tarde no volví a tocar los apuntes, pero las ganas que puse en la búsqueda y la pasión que me despertaba el tema me convencieron de que lo propusiera como TFM. Sobre todo, al ver que no se había hecho nunca ningún proyecto similar. Propuse este TFM en gran parte por que me apasionaba el tema, pero también porque quería ver cómo la ingeniería civil tiene capacidad para reinventarse. De ahí que recibir el premio no sea solo un orgullo por verse valorado por mi sector, sino toda una motivación al sentir su respaldo ante esta idea.

 ¿Cuál fue el proceso del trabajo y su peculiaridad?

La elaboración del proyecto fue sorprendentemente interesante desde el principio. En mi opinión un TFM suele tener muchas partes necesarias pero tediosas; sin embargo, redactar este proyecto obligó a hacer un brainstorming en todos los temas relacionados ante los problemas que se planteaban. Por citar un ejemplo, el primer anexo que hice fue el de afecciones. A todos nos puede venir a la cabeza los problemas provocados por la radiación o la falta de atmósfera, pero con un poco de investigación te das cuenta de que hay muchos otros factores igualmente peligrosos, como el polvo en suspensión o la exposición a los impactos de meteoritos. Encontrar una solución a esto requirió estudiar todo tipo de soluciones: desde la construcción de profundas trincheras que proyectaran siempre sombra en la base (donde iría el sistema de transporte) hasta una solución de falso túnel que protegiera el sistema en su interior. ¡Y este fue solo el primer tema asociado! Resultó muy interesante encontrar soluciones a los problemas de logística, geotecnia, estructuras, materiales, procesos constructivos, etc. casi como si tuvieras que resolver un puzle o un sudoku.

Mi experiencia es que esto es ingeniería real: ser imaginativo ante problemas complejos. Decidiendo la solución final tras analizar y calcular todas las opciones. Además, aprendes mucho sobre temas fuera de tu área de especialización, desde física nuclear con los temas de radiación hasta la implantación de nuevas tecnologías como la impresión 3D. Así como conoces a gente muy interesante en las entrevistas. A este respecto fue fundamental la ayuda de mi tutor Luis Esteras, quien no solo me supervisó y arrojó aire fresco a las ideas que surgían, sino que también me puso en contacto con personas cuyas ideas fueron fundamentales para el proyecto.

¿Por qué decidiste presentarte al premio de la Fundación Caminos?

Conocí el certamen el año anterior a presentarlo. Me pareció una idea muy interesante y un escaparate genial para enseñar mi proyecto. Cuando acabé el TFM estaba muy satisfecho del trabajo hecho y, por recomendación de mi tutor y los demás profesores que conocían el TFM, decidí presentarlo. Además, en la categoría de más innovador, para insistir en que la ingeniería civil le queda mucho futuro.

¿Qué sentiste al recibir el premio?

La entrega fue en el Teatro Real en Madrid el pasado jueves 12 de mayo. Esta fecha no fue casual: se escogió para que coincidiera con el día de Santo Domingo de la Calzada, el patrón de la ingeniería civil. La gala de por si contó con mucho simbolismo, pero hacerlo en un sitio tan solemne rodeado de gente ilustre hizo que el evento fuera más espectacular, si cabe. Fue un momento muy especial.

¿Para ti, qué papel tienen los premios de ingeniería para la profesión?

Creo que el mayor éxito de estos concursos es sentir el respaldo del sector y el reconocimiento a tu trabajo de las personas que llevan toda la vida en esto. No fue sencillo justificar un “tren en la Luna” desde el principio, desde luego no todos se tomaban este proyecto como algo serio. Por ello, recibir un premio como este te da más confianza en ti mismo. Te hace pensar que, pese a todo, parece que no ibas tan desencaminado con tus ideas.

La categoría en la que ganaste es Innovación: ¿Te consideras una persona innovadora en tu trabajo?

Quizás más que innovador me considero inquieto e imaginativo. Hay muchas formas de hacer las cosas, y todas ellas son susceptibles de mejorarse si le das un par de vueltas. Propuse este tema porque me apasionaba, porque sabía que aprendería sobre muchos temas interesantes y porque estaba convencido de que muchas conclusiones se podían extrapolar eventualmente al día a día de la ingeniería civil.

Esta curiosidad es la que me anima a indagar temas como la física o la programación en mis ratos libres, a empezar proyectos nuevos para aprender nuevas especializaciones o a investigar nuevas experiencias en general. Esa búsqueda constante de métodos e ideas lleva inevitablemente a la innovación.

¿Qué dirías a las nuevas generaciones de Ingenieros sobre la profesión?

Que no pierdan su curiosidad. Mi opinión tras la etapa universitaria es que se insiste demasiado en la memorización como método de enseñanza, en detrimento de otras capacidades como la imaginación o la iniciativa personal. Esta insistencia durante años se vuelve demoledora, provocando que la innovación se vuelva escasa al finalizar los estudios.

Mi consejo es que mantengan esa curiosidad por las cosas que les gustan. Incluso cuando eso no te aporta ningún beneficio en los estudios a corto plazo, a largo plazo te da la motivación para saber a qué dedicar tu tiempo.

Más información: https://www.youtube.com/watch?v=G0YGo_eYYjc (01:07:00)

https://www.obrasurbanas.es/premios-fundacion-caminos-2021/